lunes, 14 de noviembre de 2011

HUGO PALANCO- JUGADOR, TECNICO, PERIODISTA, NOS HACE UN RELATO DE PARTE DE SU HISTORIA CON EL SOFTBOL




HUGO PALANCO-Recuerdos de su Montevideo White Sox y de sus editoriales en EL DIARIO de la noche y del béisbol/softbol en general.
Como tu decís, todo tiene una historia, no solo el diploma, sino también los banderines, para mí fue tanto el banderín de Gimnasia y Esgrima  de Buenos Aires, me fue entregado para sorpresa mía, porque fui votado por todos los contrarios, es decir todos los contrarios se encontraron con el entrenador en el vestuario y me eligieron como mejor adversario, por brazo, bueno, muy bien, eso fue la historia del banderín. Luego el Sábado jugamos contra el “Grilse” que era un submarino canadiense que venía para las Operaciones Unitas que se hacían acá, con barcos brasileros, argentinos, norteamericanos, canadienses, tenían una cantidad y hacían operaciones en el Océano Atlántico, entonces un grupo de ellos, del submarino se decidió hacer un partido con nosotros y bueno jugamos, no me acuerdo el resultado, perdimos por muy poquito o ganamos por muy poquito y como orgullo para mí significó que había sido elegido como el mejor contrario entre todos los compañeros del Montevideo White Sox. Entonces me entregaron esto (distintivo del submarino) y una cosa que perdí fue una pelota firmada por todos los canadienses que jugaron ese día contra White Sox.
Empecé a escribir por una casualidad. Yo tenía un compañero en el Banco (de Seguros) que trabaja en El Diario de la noche. El hacía Boxeo, entonces con toda timidez un día fui y le dije: oí me Pepe, vamos a jugar un partido muy importante contra los norteamericanos que vienen en el portaviones, que no pudo llegar al puerto porque era tan grande, que tuvo que quedarse en el antepuerto. Entonces él  justamente me dice: si, si, escríbeme a dos espacios que yo lo edito. Salió publicado muy lindo, que se jugaba un gran partido, importante, internacional, un portaviones norteamericano, que ahora no me acuerdo el nombre, se le ganó 2 a 1, tiraba Toto Magro, que para mí fue el mejor pitcher que hubo acá, y se jugó muy lindo y se ganó. Luego hubo una recepción en la Embajada norteamericana y el embajador norteamericano nos dijo: ustedes no se imaginan a quienes le ganaron, ustedes le ganaron a un seleccionado de 3000 marineros que vienen en este portaviones, así que fueron elegidos los mejores entre 3000 jóvenes norteamericanos y ustedes le ganaron. Para mí fue una sorpresa y para nosotros esa noticia, la verdad que evidentemente habíamos andado muy bien en el partido.
Anécdota: Cuando decidimos entre todos los amigos del White Sox, todos los jugadores, buscar una casa donde reunirnos. Buscamos una casa muy grande que había en la calle Williman 542, había que presentarse ante el Banco (¿?) que era el que autorizaba, como garantía de alquiler. El gerente llama a uno de los empleados que era cuñado del que era presidente de nuestro White Sox: decime una cosa, vos aprobas  que le demos garantía a estos ¿?, qué es White Sox ¿?!! Y que idea tuvo este muchacho simplemente decirle: pero Sr. Gerente fíjese que el White Sox!! deben ser norteamericanos que están (relacionados) con la Embajada Americana, llenos de plata. Éramos nosotros una muchachada de Punta Carretas, Pocitos, no éramos prácticamente nadie como para garantizar un pago de una casa de 700 pesos en aquel entonces. Te parece a vos que podemos? Si, si, autorícelo gerente, miren que estos son americanos, llenos de plata, mire que yo los conozco. Ah, bueno y autorizó (la garantía) por el pago (del alquiler). Bueno nos dimos el placer de tener una casa muy linda, con varios dormitorios, había un fondo precioso, donde había un círculo de ladrillos que rodeaba el árbol y ahí nos sentábamos a tomar mate y conversar sobre los partidos. Fue una época muy linda. Después en el patio grande se puso una mesa de ping pong, donde venían los botijas de la tarde, a mí se me ocurrió hacer una donación de pelotas, paletas y entonces le pusieron a un campeonato que hicieron entre los menores “Campeonato Hugo Palanco”.  Después había un compañero, sensacional, Carlos Leclerc, que  era peruano, vivían acá, Carlos Leclerc escribía para “Tribuna Popular”. Ese muchacho lo que tuvo fue una constancia enorme, pero enorme, porque iba periódicamente todos los días a la Intendencia para pedir un terreno para el béisbol y la Intendencia Municipal para pedir un terreno para el béisbol, no sé si en aquel entonces era Concejo Municipal, integrado por todos los partidos (Blanco, Colorado) y nos concedieron el predio del Buceo (donde están actualmente los negocios de los pescadores) por 99 años. Si nosotros en este momento tuviéramos la Personería Jurídica podríamos reclamar y tendrían que echar a todos los pescadores, lo cual sería un imposible. En este predio que cuando vimos lo grande que era, esto era todo nuestro, podemos hacer una cancha de béisbol, no softbol. Contactamos que había desniveles llenos de hormigas. Conseguimos bolsas de arpillera, las abrimos , las pusimos al lado de cada hormiguero, eran enormes y empezamos con palas a tirar la tierra con las hormigas hacia las arpilleras y ahí estábamos los cuatro más rápidos del White Sox y salíamos corriendo, corriendo, llegábamos al muro y las tirábamos a las rocas, pero llegamos todos picados por las hormigas rojas, era terribles. Así fuimos eliminando y quedo un predio lisito, lisito.
 Uno de los compañeros del White Sox, Horacio Vaccarezza, el padre era carpintero, vivía por Larrañaga y dijeron: hay que hacer un backstop. Hicieron una backstop terrible, cubría todo, separada los clubes, los jugadores de un lado y del otro, todos sentadito, todo precioso, pero el Sr. Luis Roberto Rius se le ocurrió que el predio  este lo iba a inaugurar Freshmen, del cual era el dirigente principal. Los muchachos que habían hecho este backstop (entrada del Yatch Club). Notable diamante. Freshmen quería inaugurarlo un Sábado y nosotros jugábamos el Domingo. Nosotros conseguimos el predio, hicimos el backstop, hicimos todo y no inauguramos nosotros. Muy bien, que pasa, cuando va a jugar el Freshmen no existía el backstop, lo habían cortado todo, ese trabajo precioso que habían hecho entre cuatro compañeros (suspendidos por 4 años). Mi hermano no lo corto, pero fue uno de los que construyo, y estaba en el grupo de los cuatro responsables, y bueno lo cortaron. Bien, nosotros seguimos jugando hasta que un día vienen unas selecciones y nosotros vamos a ver el predio porque teníamos que para practicar y encontramos que había una cancha de futbol. Se había instalado en esa cancha que nosotros la habíamos lisado totalmente dos arcos de futbol cuyo locatario era el equipo de Miramar. Y ahora que hacemos, no tenemos cancha, no tenemos nada. Alba Roballo que integraba el Concejo Municipal, se lo había cedido a Miramar, porque su sede la calle Rivera se la habían prestado para su campaña política. Entonces ese Domingo se juega(futbol). Van a entrar los socios del Yatch Club, se había armado una pelea con cuchilladas, se movía por todos lados, por todo ese predio, en fin, impedía que los socios del club, pudieran entrar  y son gente de buen pasar, inmediatamente hablaron con la Intendencia y clausuraron el predio y a la semana siguiente esta toda plantada de árboles. En un santiamén le sacaron la cancha a Miramar y pusieron todo árboles, no se podía jugar, a las escondidas nada más. Fue impresionante, feísimo y nosotros nos quedamos sin cancha, con una cancha que la habíamos peleado, lisado, había quedado perfecta, muy linda cancha, mejor que la de los japoneses, en el Paso de la Arena, entre los invernáculos. Nosotros alquilábamos una bañadera para ir allá.
Después fui dirigente, delegado ante la Federación, en los tiempos que estaba…
Cuando estábamos en la sede Williman 542, casa preciosa, con garaje con cuatro habitaciones corridas,  un patio, porque en las casas viejas antes era costumbre que en una habitación enorme era el comedor que se abrían a través de puertas labradas, todos los vidrios, baños y cocina, dos altillos y el fondo.  Nosotros teníamos que pagar el alquiler, para ello teníamos que conseguir socios y hacer bailes todos los Sábados. Uno de los Sábados vino un dúo Yacaré Pagua, no se quien lo contrato, un famoso dúo brasilero, como vino a recalar acá, al club nuestro, no tengo idea, entonces nosotros teníamos un barcito en lo que ser el comedor, que los habíamos nutrido de bebidas, bebidas de aquella época, llegó haber una botella de Wisky, mientras estos cantaban y nosotros bailábamos y eso, se mandaron la botella enterita los dos, que más hay? la caña cuadrada de Ancap, caña, caña, se la bajaron también. Hubo que ir a comprar Espinillar. Las tres se la mandaron, con decirte que no nos cobraron nada, porque se fueron totalmente ebrios. Decir borracho o ebrio era poco. Nosotros quedamos contentos, porque se había hecho un baile y se recaudó dinero, se podía pagar el alquiler, claro nosotros éramos 100 socios más o menos, a peso cada uno, eran 100 peso, pero 300 pesos era el alquiler.
Cómo fueron llegando los marines a White Sox? No lo sé, se que un día se presento un muchacho y dijo que podía jugar, que era americano, era de los marines más jóvenes, entonces claro lo pusimos enseguida de Short Stop y jugaba muy bien, tenía un brazo y un batazo muy bueno. Traía siempre una pelota nueva para jugar, al tiempo, no paso mucho cuando apareció con un capitán Fraiser, con un sargento Bill Rappold de primera base, empezaron a ocupar lugares, fue uno de los errores nuestros, porque dejamos entrar a todos los norteamericanos. Había un moreno que podía haber jugado al basketball perfectamente, cada vez que bateaba la mandaba a la calle, estoy hablando de la Aduana de Oribe.
Toto Magro se inicio en el Freshmen, hay unas historias entre él y yo, que después fuimos grandes amigos, pero al principio fuimos medio enemigos, porque él jugaba en el Freshmen y yo en el White Sox y eran dos cuadros de la misma zona y eran enemigos asérrimos, terribles. Algunos jugadores cuando eran más compañeros de nosotros se pasaron a White Sox y otros se pasaron para el Freshmen. Ganamos al primera base Carlos “bebe” Villar y perdimos al tercera base que era Nonocho, termino como médico, pero conseguimos un tercera base que era Félix Schweyer, le decíamos “Felito”, era sensacional, un brazo, chiquito pero.. murió hace 4 años más o menos, una lástima. Todos nos formamos ahí lo  que vendría a ser el predio del Parque de Villa Biarritz, que en aquel entonces estaba totalmente abandonado. Nosotros íbamos a jugar a la pelota de mano en las calles interiores del parque, y un día llego y veo a unos loquitos compañeros míos, a que están jugando pregunte ¿? Estamos jugando al béisbol, al béisbol y qué es? Vos ponete allá y pelota que te venga a vos, se la pasas al compañero que esté más cerca tuyo, …ahí me llegaron las pelotas … Mirá que el Domingo jugas!!,… el Domingo juego?? Yo no sé nada de nada … Jugas en la Reserva. …Bueno, muy bien. Allá voy, a Punta Carretas, que era  la canchita que estaba al lado del Club Nautilus y miró como se plantaban todos (en la caja de bateo), todos se plantaban de esta forma (muestra la forma de pararse en la caja de bateo). Entonces pensaba en mi cabecita, ..era entre mis hombros y las rodillas..se me planteo tengo que dar menos espacio (en la zona de strike), no debería de esta forma ponerme un Strike, espero que el juez no se avive. El era el pitcher de Pioneros, un veterano  creo que era Igorra. Yo me pongo así de esta manera (para reducir la zona de strike) y  el pitcher me la tira y del primer batazo nomás se lo mando por arriba del center fielder y hago un home run de primera. No te imaginas los muchachos, todos, felicitándome, eh,eh , macanudo…porque además yo corrí como loco, porque había que correr, ahí no había nadie ni en primera ni en tercera base, para darme indicaciones, corrí, corrí y llegué a home antes que la pelota, hice mi primer home run. Cuando voy a batear por segunda vez, me pare de la misma manera, el pitcher que hace, me tira la pelota rodando, porque habrá pensado: “te paso por bola sino me encajas otro home run”. Para mí siempre fue una diversión, nunca tuve mala intención contra nadie, al contrario….
La entrada mía como cátcher. Yo tenía 23 años, (yo nací en el 1934), empecé a jugar en el 52,53,54. Brodski era un argentino que vino a jugar con Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Hay una nota graciosa, ellos vinieron un Sábado, perdieron con nosotros, teníamos todos 20, 21, 22 años, pero solo el Cholo Varela tenía un poquito más 25 años. Con esa edad trajimos a un equipo de Buenos Aires, lo alojamos en un hotel de 18 y Yí o Paraguay y después de noche los llevamos a cenar a un restaurante sobre 18 de Julio. Nos pusieron una mesa larga y ahí me entregaron un anillo y el banderín. El anillo lo perdí, el banderín es el que tengo. Me hice de grandes amigos. La anécdota fue que algunos amigos  llevaron a los argentinos a conocer la noche por la Ciudad Vieja, cuando este Brodski se da cuenta que le faltaba la billetera, una mujer se la había robado, y sus compañeros hicieron la denuncia en la Seccional del hecho, adujeron que tenían que viajar a Buenos Aires, tengo el pasaje, tengo todo,etc. Ubicaron a la mujer y tuvo que devolver la billetera. No está claro si había dinero o no.
Yo jugaba siempre de fielder, Center Fielder, mi hermano de Left Fielder. De las primeras veces que jugábamos contra Tigres, a mi me dieron un guante, pero un guante chato, chato. No tenía nada. En ese momento, va a batear un muchacho Rolando Semiglia, muy buen físico, muy amigo de mi hermano, también  de Punta Carretas. Tigres era de Punta Carretas, y nosotros también lo éramos. Batea un lineazo, pero no de esos que se elevan, derecho, derecho, y mi hermano sin guante, ni nada, se levanta y agarra la pelota en el aire, como si fuera un golero de futbol. Este Rolando Semiglia, después lo va a saludar. Emilio yo pensé que con ese lineazo llegaba al Nautilus. Si la agarré, la agarré. Mi hermano era muy sencillote. Yo también no conocía nada de béisbol, lo único que teníamos que hacer, pelota que viniera en el aire agarrarla y pasarla al Short Stop o al segunda base. Fueron recuerdos muy lindos.
Un día vamos a la cancha de los japoneses porque había un club brasileño que se llamaba Oswaldo Cruz perteneciente a Colonia Japonesa de allá de Brasil. Yo estaba mirando el partido, porque no me habían puesto,  se lastima el cátcher nuestro, que me parece era Buono, Héctor y Fernando Arce que era guatemalteco, era bi-campeón de Centro América, un tipo bárbaro, sensacional, me dice: a ver vino vos!! Agárrate el guante y me pone de cátcher, practica un poquito conmigo, ta,ta, estas bien, ahí tiene que ir la pelota mía y me dice: oíme una cosa, al primer bateador vos le pones el guante al de lado de la cara!! Cómo? El me había dicho que tenía que poner el guante en la cara del bateador. La primera pelota fue ahí. El brasilero japonés se tira para atrás porque le paso la pelota rosando la cara. Se jugaba “béisbol”, Oswaldo Cruz jugaba béisbol. Metía la pelota donde él quería. Este bateador ya quedo prácticamente  (asustado), no quería ni jugar, y el segundo bruto strike, venía la tercera pelota otro strike y fuera. Ya los amedrento prácticamente a todos, como que era un desincronizado pitcher, era un pitcher que la tiraba para cualquier lado y ahí quede como cátcher yo. Le guste como actué y siempre seguí jugando hasta el final de mis días de jugador como cátcher. Era el sobrenombre que yo usaba en El Diario de la noche. El compañero que le pedí para incluir una nota en El Diario, la incluyo diciendo: que Uruguay iba a jugar contra un equipo norteamericano al que derrotó. Este muchacho me dijo: mira que tenés que traer el resultado, quiere decir que el Sábado de noche estaba tecleando en la redacción del diario y allá estaba el Dr. De León, que me había dicho: usted agarre ese escritorio con esta máquina de escribir y escriba a dos espacios y el resultado de todo, escribí más o menos como había sido el partido, le gusto. Ya estaba tranquilo, viene el compañero este, Pepe Nunez, el que trabajaba Boxeo en El Diario de la noche, y me dice: Palanco (Hugo), mira que tenés que ir a cobrar los dos artículos, cobrar qué? Aquí el que escribe para El Diario cobra! Me pagaron a 246 pesos cada artículo, los cobre y me dice el que me paga que el Dr. De León dice que tenés que subir a redacción donde él estaba, entonces me plantea: Palanco (Hugo) me gusto como usted escribe, me gusto mucho la parte que se inicia el béisbol y la parte de la redacción del partido, así que vaya viniendo los jueves, entonces los Viernes nosotros promocionamos el partido de softbol del Sábado y el Sábado usted viene y hace la promoción del partido del Domingo, pero ojo, el Sábado de noche, escribe el resultado de la tarde y el Domingo de noche me pasa los datos de los partidos, yo cumplía como perro. Tenía 5 notas en la semana. Me llama nuevamente y me dice: me quedan dos días libres para usted, para el béisbol. Qué otra cosa tiene? Mire los Miércoles se reúne la Federación , bien el Lunes usted viene y nosotros le pasamos el Martes de que mañana se reúne la Federación de Softbol y los puntos que iban a tratar y el Miércoles de noche me trae el resultado de la reunión, así que tenía prácticamente 6 notas en la semana. Un día me llama y me dice Palanco le queda un día libre, no tiene ninguna otra nota ¿? Sí como no, tengo notas muy jocosas y ahí apareció la palabra “Cátcher” porque antes yo no firmaba nada. Tráigala, tráigala. “De Base a Base” esos artículos estaban muy lindos porque además integraba todas las bromas que se hacían en el béisbol, en los partidos, cómo se tiraba, como se batea, etc. Entre los artículos que salieron: “eran dos viejitas, yo estaba anotando todo, como se jugaba esto, lo otro y las dos viejitas me dicen: usted como esto ¿? Qué quieren saber? queremos saber que es este deporte? Se llama softbol, en EUA se llama béisbol porque son canchas más grandes, es una pelota más chica y a ustedes por qué les interesa? Don Carlos Balzan que llevaba “La voz de Peñarol” no sé en que radio, si era la 40 o 42, dice que Peñarol va hacer béisbol (en sus actividades deportivas)….
Ahí fue uno de los errores de la Federación no haber permitido el ingreso de estas Instituciones al béisbol. Cuando Peñarol intento meterse en el Atletismo la Federación de Atletismo le impidió a Peñarol llevarse a los atletas de los otros clubes, porque sino todo el mundo se iba para Peñarol, los del Sporting, los de Atenas, los de los otros clubes iban todos para Peñarol, y aparentemente la Federación (de Béisbol) tenía miedo de que podía pasar lo mismo. Uno de los errores que cometimos nosotros, quizá por la juventud que teníamos, era que en determinado momento, uno de los Presidentes del Club (White Sox) era dirigente de Defensor, nos dijo si queríamos integrar la plantilla de (deportistas) Defensor y nosotros les dijimos: no!! White Sox, es Montevideo White Sox, lo hicimos nosotros, lo creamos, era el mejor club que había acá, en relación con la organización, teníamos sede, habíamos ido a jugar a otros lados, cuando Defensor podría habernos dado el respaldo de la cancha de ellos, etc. Da la casualidad que un partido internacional se disputó en el Club Defensor, en el Parque Rodó.
….en determinado momento un muchacho del barrio me dijo: vamos a ver cómo juegan estos norteamericanos, a que juegan? Al béisbol. Bueno, fuimos a la cancha, nos sentamos ahí… quienes jugaban? La Asociación Americana contra Gran Colombia. La Asociación Americana integrada por los empleados de la Embajada Americana, y el Gran Colombia integrado por jugadores de Colombia, de Venezuela, de Ecuador, de Perú, todos ellos se habían iniciado en los equipos en el béisbol. Por qué venían a Uruguay? Venían a las facultades nuestras, porque en las facultades de ellos, no había Facultad de Veterinaria, ni de Odontología, El norte de sudamérica era un caos, no había la organización que tenía  Uruguay. Todas las facultades estaban acá, entonces ellos bajaban, se instalaban en una pensión por Sarmiento y Ellauri. Era un equipo terrible, que la única desventaja que tenían con los norteamericanos, era que tiraban de abajo y los americanos tenían a un tal Lawrence  Fleming, tiraba de arriba (molinete), imposible de batear.
Un día nos dijeron: miren muchachos como somos pocos equipos en Federación. Todos los  que tengan reservas van a tener que jugar en primera división, como equipo coadjuvante para llegar a 8. Freshmen, White Sox, Asociación Americana, Gran Colombia. Después apareció Los Pioneros que no alcanzaron un nivel competitivo. Después Dragones con Enrique Arezo. Nos toca como reserva jugar el primer partido contra la Asociación Americana, finalizo el encuentro con un score: 56 a 0. Con ellos tiraba Fleming, y pegaban todos, un tal John Rippetoe, un veterano, cada vez que le pegaba llegaba a los transparentes, se perdía la pelota y había que ir a buscarla, la pelota a los transparentes mientras el norteamericana caminaba prácticamente. A Lawrence Fleming no le bateaba nadie, nadie. Claro era la reserva nuestra, podrían haber tenido otra consideración con nosotros, nosotros éramos más pibes, 18,19 años y ellos eran todos veteranos de la guerra, venían de la guerra de Corea, fue por el año 50,51. A los veteranos los mandaban a las embajadas para que siguieran percibiendo los dineros, a los que tenían cargo de Sargento.
La primera época cuando empezamos a saber lo que era el béisbol, lo que era el fautbol, lo que era en strike, una bola, etc. lo aprendimos en la cancha. Jugábamos con los japoneses, los veteranos japoneses, por ejemplo: Takata, Tanaka, Takashi Takeuchi, Raúl Suzuki, Kazuo Umeki. Todos excelentes personas. Jorge Pucciano que aparece en la foto conmigo era el primera base, terminaban los encuentros 14 a 2, 15 a 3. Si aflojábamos un rato le ganábamos 10 a 5, pero siempre bien hasta que apareció la segunda camada de japoneses: Yonekawa, Misakawa, los Suzuki más chicos, apareció Ohno que tenía un brazo, Short Stop, lanzaba la pelota con una velocidad impresionante. Son terribles jugadores. Cuando nosotros íbamos a jugar en la cancha de ellos, afuera estaban los hijos practicaban, tenían 8 o 10 años, ya movían el brazo. Nos agarraron después a nosotros que teníamos unos años, era una pelea terrible. Eran excelentes, Yonekawa no tanto, era el pitcher, pitchaba muy bien, era  zurdo, pero el que era excelente como compañero era Misakawa. Yo le hablaba, era un lindo muchacho, un tipo como Dominguez y cátcher a quien se le podía hablar: como vendrá la bola? Va a venir como pedrada ¡ y venía como pedrada.

Anécdota: fue la inauguración del Estadio Tróccoli, fue un 22 de Agosto de 1964, nos invitaron a jugar, y hacer el preliminar de béisbol, porque después jugaría River Plate (argentino) contra Cerro. Estábamos todos en el vestuario, de un lado White Sox, y del otro lado los japoneses de Oriental y Dragones. Yo le digo al Toto (Magro): mira que esta gente que está mirando el partido y espera (en el estadio) no sabe nada de béisbol, lo que le va a gustar es que bateen,..Si, si,si. Voy con los seleccionados de Oriental-Dragones/, le digo: che Yonekawa, lo que quiere la gente ver es que se batee, que haya corridas, etc. estás de acuerdo: Si, si, si. Pero el Toto no podía tirar despacio, con su físico y con su brazo era una bestia. Entonces los seleccionados se dieron cuenta: estos no vienen (para una exhibición) vienen a ganar. Yonekawa comenzó a tirar, tirar, y el encuentro termino 4 a 4. La gente con nosotros no se fue contenta, no le brindamos nada, Ellos ven que los jugadores, que le erran a la pelota,  le erran… no le pegan, a que vienen, entonces no pueden entender el por qué?

En béisbol éramos chiquitos pero veloces. Yo empecé como segundo bateador, primero era Héctor Buono y tercero Felix Schweyer, el cuarto no me acuerdo quien era, pero nos metian a nosotros porque a la base llegábamos, con un toque, etc.
Anécdota: un día nos invitan los japoneses, los japoneses siempre nos tuvieron con la sangre en el ojo, porque no nos podían ganar. Entonces un Domingo nos invitan. Vamos todos a jugar un partido amistoso. Llegamos temprano y vimos que ellos estaban practicando, tenían un vestuario por allí. Hicieron asado para nosotros, asado y dos damajuanas de vino, fijate muchos de 20, 22 años, tomando vino, antes del partido. Ya nos dimos cuenta que aquello era terrible. Además las mujeres nos pusieron unas bandejas de arroz con perejil, como bolas, como albóndigas, pero era arroz con perejil, ellos no comen pan, comen arroz con perejil o con verduras. Como os costó ganarle porque estábamos pesados y alegres, no te digo borrachos, pero cuando nos dimos cuenta, … ahí paramos un poco. Los mayores nuestros nos dicen: No muchachos, vamos a parar un poco, vamos a terminar la primera damajuana, para no ser descortés con esta gente, pero la verdad es que nos querían ver “alegres”… Nos costó pero les ganamos 4 a 2. Nosotros llegamos a la docena de carreras con ellos. Que tiempos, tiempos divinos la juventud.
 Yo me hice muy amigo de ellos porque trabajando en el Banco de Seguros, cuando iban a asegurar las camionetas que las utilizaban para repartir los claveles. Cuando llegaban a la cancha de La Estacada y paraban las camionetas fuera del campo, en un declive del terreno hacia el mar, bajaban todos los alimentos  las japonesas, para ellos ir a jugar era una fiesta, un picnic.
 Alvaro Castro


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